lunes, 17 de octubre de 2016

Sueño o realidad



Alberto estaba paseando por su nuevo edificio cuando, en el último piso, encontró una puerta que parecía no haber sido abierta en muchos años. Impulsado por su curiosidad, intentó abrirla y como con su propia fuerza era incapaz, bajó a su casa para coger una tarjeta con la que abrir la puerta. Cuando lo consiguió, se encontró con un  antiguo desván sucio, lleno de polvo y cajas. Algo encima de una de ellas llamó su atención, era un pequeño libro cubierto de polvo, de tapas negras y en bonitas letras estaba escrito “ El escarabajo dorado y sus misterios”. Al abrirlo, vio lo que parecía ser un mapa del tesoro con una flecha que señalaba un cofre con un escarabajo y una brújula que indicaba el norte. Pensó entonces que tal vez se refería al parque cercano a su casa. De pronto, escuchó una voz.
Procedencia

-¡Alberto!- era su madre.
-Dime Mamá-responde el.
-Ya está hecha la cena.
-Voy enseguida.

La cena transcurre tranquila y Alberto se olvida de la historia y el escarabajo. Al llegar a su habitación después de cenar ve el libro en su mesita y se va a dormir pensando en el misterio.

Iconos en los que está basada nuestra historia.
Sueña que se despierta en el parque rodeado de ovejas que le cierran el paso. Cuando consigue esquivarlas, se encuentra con una pequeña cueva. Al entrar y tras mucho descender, va a parar a una sala llena de cofres, oro y demás objetos de valor, incluido un colgante con un escarabajo grabado en él y decide ponérselo. Sintió entonces un fuerte ruido y la cueva comenzó a desmoronarse. Se despertó en su cama sobresaltado. ¿Había sido todo un sueño? Miró a su izquierda y no había rastro del libro. Tal vez nada de lo ocurrido había sido real pero, al mirarse en el espejo  vio en su piel un escarabajo tatuado en tinta dorada en el lugar donde había estado el colgante.

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