Alberto estaba
paseando por su nuevo edificio cuando, en el último piso, encontró una puerta
que parecía no haber sido abierta en muchos años. Impulsado por su curiosidad,
intentó abrirla y como con su propia fuerza era incapaz, bajó a su casa para
coger una tarjeta con la que abrir la puerta. Cuando lo consiguió, se encontró
con un antiguo desván sucio, lleno de
polvo y cajas. Algo encima de una de ellas llamó su atención, era un pequeño
libro cubierto de polvo, de tapas negras y en bonitas letras estaba escrito “
El escarabajo dorado y sus misterios”. Al abrirlo, vio lo que parecía ser un
mapa del tesoro con una flecha que señalaba un cofre con un escarabajo y una
brújula que indicaba el norte. Pensó entonces que tal vez se refería al parque
cercano a su casa. De pronto, escuchó una voz.
Procedencia |
-¡Alberto!- era
su madre.
-Dime
Mamá-responde el.
-Ya está hecha la
cena.
-Voy enseguida.
La cena
transcurre tranquila y Alberto se olvida de la historia y el escarabajo. Al
llegar a su habitación después de cenar ve el libro en su mesita y se va a
dormir pensando en el misterio.
Iconos en los que está basada nuestra historia. |
Gran trabajo, seguid así, chicas.
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